Slimalila Yahosmara ha venido desde abajo, luchando junto a su madre y ya está a las puertas de graduarse como Licenciada en Bioanálisis Clínico

Slimalila Yahosmara Romero Fernández, de 24 años, es una gran estudiante, muy humilde, que desde su niñez en la escuela primaria hasta llegar a la universidad ha enfrentado desafíos, pero segura de sus metas y por eso es la mejor del IV Año de Licenciatura en Bioanálisis Clínico en el Recinto Universitario “Cornelio Silva Argüello” del Centro Universitario Regional de la UNAN- Managua en Chontales (UNAN-Managua/CUR Chontales).

 Además, ella se destaca por su participación en las actividades académicas y en las jornadas de salud en beneficio de la comunidad, porque para ella es un compromiso contribuir a la salud de la población. Y porque de esa manera también retribuye al pueblo nicaragüense que le paga sus estudios. Por eso la educación es gratuita desde la Primaria, Secundaria y en la Educación Superior.

“Nada me desviará”

Lograr graduarse en la Licenciatura en Bioanálisis Clínico no es sólo su meta personal de la que afirma “nada me desviará”, sino también porque es un compromiso con su mamá Cándida Rosa Fernández Lumbí, quien, aunque no pudo estudiar, ha luchado sola por su hija, asegurándole que no importan los sacrificios que haga por ella, porque su sueño es que logre lo que ella no pudo, que era estudiar y llegar hasta a la universidad. Por eso, su ilusión ahora es acompañarla hasta su graduación, relató.

Slimalia Yahosmara es originaria de la comunidad rural Betulia del municipio de La Libertad, Chontales, donde vive con su mamá y un hermanito de 15 años. Aunque por sus estudios secundarios y universitarios se ha trasladó a la ciudad de Juigalpa.

“Mi madre es la que sola me ha apoyado en todo. Por eso al graduarme también le estoy cumpliendo su sueño”

Afirmó que de su papá les abandonó desde que ella tenía tres años, por lo que todo se lo debe a su mamá que se ha esforzado sin medidas para que ella y su hermanito estudien.

Y en su mente tiene firme la decisión de su mamá Cándida Rosa: “que logren alcanzar lo que lo que no me dejaron”, que era estudiar y ser una profesional, porque los padres pensaban antes que los hijos deberían aprender a trabajar para vivir. Por eso, ella se entrega toda para que sus Slimalilia Yahosmara y su hermanito de 14 años, estudien.

Así que siguiendo sus propios sueños y para cumplir con los de su madre, Slimalila Yahosmara afirmó que nada ni nadie la va a desviar de la meta de graduarse y ser de los mejores bioanalistas clínicos en la UNAN-Managua/CUR Chontales y, que no sólo quiere quedarse allí, sino que ya tiene decidido estudiar después un doctorado en esta carrera o en otras áreas de la salud. “Mi madre es la que sola me ha apoyado en todo. Por eso al graduarme también le estoy cumpliendo su sueño”, expresó orgullosa de su progenitora.

Trabajar en un lugar donde pueda ser avanzando y también iniciar un emprendimiento

Pero como también se ha impuesto la decisión de mejorar la economía familiar y apoyar a su mamá en su gran lucha en darles una mejor calidad de vida, dijo que también buscará trabajar en su profesión en cuanto se gradúe, pero en una institución donde no sólo ponga en práctica todos sus conocimientos adquiridos en la universidad, sino donde pueda avanzar aún más y ser una profesional de mayor calidad.

Pero sus metas no quedan allí, porque aseguró que quiere iniciar pronto un emprendimiento que le genere ingresos para mejorar sus condiciones personales y para que su mamá y su hermanito vivan mejor.

Una bioanalista clínica nacida en la comunidad de Betulia, La Libertad, Chontales

Esta destacada estudiante de la UNAN-Managua/CUR Chontales culminó sus estudios primarios en la Colegio Virgen de la Luz de La Libertad, Chontales en el 2012. Allí mismo inició la secundaria y llegó hasta segundo año, porque en el 2015 se trasladó a Juigalpa, cabecera de Chontales, donde continuó hasta bachillerarse en el Instituto Nacional “Josefa Toledo de Aguerri” en el 2018.

Ese mismo año se prematriculó en la UNAN-Managua/CUR Chontales con la carrera de Medicina como primera opción e Ingeniería en Sistemas de Información en segunda, pero al hacer la prueba de admisión en marzo de 2019, quedó en la segunda opción.

Al inicio se sintió desilusionada, pero al comenzar esa carrera se dio cuenta que era muy bonita, porque fue aprendiendo a dominar mejor la computadora y otras técnicas de la informática.

En su mente se mantenía firme el deseo de estudiar Medicina

“Esa carrera era bonita, pero…aquel anhelo que a uno que le fascina, que le encanta, sentía que me faltaba” y era estudiar Medicina. De su mente no se apartaba el deseo de estudiar esa carrera, porque aquella carrera no era su verdadera pasión y sentía que le faltaba algo esencial.

“Aunque a mi gustan las carreras de la salud, porque uno puede ayudar las personas que lo necesitan. Yo siento felicidad cuando ayudo a las personas y servir a la población”, expresó con orgullo, pues ella está clara de sus origines y eso no lo olvida.

El COVID 19 la obligó a dejar de estudiar en la universidad en el 2020

Pero la situación económica se complicó con la llegada del Covid 19, por lo que su mamá le aconsejó se retirará un tiempo de la universidad porque tenía miedo de que su hija se enfermara y porque la situación económica familiar se complicó. Así que, muy triste, dejó sus estudios en el 2020.

Pero a finales de ese año decidió que no podía seguir perdiendo tiempo y nuevamente regresó a sus estudios en el 2021, pero ya no Ingeniería en Sistemas de Información, sino que volvió a hacer la prueba de admisión con la Licenciatura en Bioanálisis Clínico de primera Opción y Licenciatura en Enfermería Materno Infantil como segunda.

La carrera de Bioanálisis Clínico le regresó la felicidad

Y esta vez lo logró, clasificando en esta carrera del área de la salud, iniciando el estudio de esta carrera en el 2021, en la que se siente feliz y se entrega de lleno porque es donde siente que está lo suyo. Por ello sigue como la mejor estudiante la Licenciatura en Bioanálisis Clínico en el 2024.

La historia de Slimalila Yahosmara demuestra cómo nuestras elecciones y experiencias nos pueden transformarla vida. A veces, cuando seguimos un camino que parece correcto, nuestro corazón nos guía hacia lo que realmente nos apasiona y que es el mejor camino, el que nos llevará muy alto.