Dos estudiantes de Medicina que se entregan con intensidad a sus clases, no sólo para ser excelencia académica, sino porque quieren salvar vidas

Dayana Falish Sánchez Aragón y María Eugenia Hernández Duarte son dos amigas entrañables que en cuanto se conocieron en la UNAN-Managua/CUR Chontales sintieron una gran empatía, compartiendo el mismo sueño de estudiar Medicina, adquirir mas conocimientos para salvar vidas y ayudar las personas más vulnerables que necesitan de una atención médica.

Dayana Falish Sánchez Aragón y María Eugenia Hernández Duarte son las dos mejores estudiantes del IV Año de Medicina y Cirugía del Centro Universitario Regional de la UNAN – Managua en Chontales (UNAN-CUR Chontales) y por ser exigentes consigo mismas, pues no se perdonan obtener menos puntaje en sus notas, sus compañeros de clase las califican como “intensas”.

Ser excelentes estudiantes para ser excelentes médicos

Y es porque cuando ven que sus notas bajaron uno, dos o cinco puntos menos del 100 por ciento en algún componente, ellas se lamentan mucho y se sienten frustradas. Entonces alguno de sus compañeros de clase les expresa que ellas quieren sacar sólo cien, que no se conforman con haber aprobado. Ellas les responden que aprobar no basta, sino que deben ser excelentes estudiantes para después ser médicos de calidad.

También coinciden en que se esfuerzan en ser excelentes estudiantes y aprender todas las habilidades y destrezas de la medicina, porque saben que en sus manos se confiará la salud y la vida de muchas personas, a las que deben atender con amor, con ternura y calidad, tanto como si el paciente fuera una niña, un niño o como su mamá, su papá, hermanos o uno de sus adorados abuelitos.

Sufrieron mucho porque durante varios intentos no lograban los puntajes necesarios para estudiar esta carrera en la UNAN-Managua/CUR Chontales, pero no se rindieron, hasta que lo lograron y ahora son estudiantes Excelencia Académica del IV Año de la carrera de Medicina y Cirugía.

Una frustración temporal, porque nunca se rindieron

Ellas lloraron en el 2020 luego de hacer la prueba de admisión para estudiar la carrera de Medicina y Cirugía, porque quedaron en la carrera de segunda opción que era Administración de Empresas, pero no se dejaron vencer.

Así que estudiaron el primer año de esa carrera y en el 2021 se cruzaron a la carrera soñada, Medicina y Cirugía, en la que ahora en el 2024 se encuentran entre las mejores del IV Año del Recinto Universitario “Cornelio Silva Argüello” del Centro Universitario Regional de la UNAN – Managua en Chontales (UNAN-CUR Chontales).

El orgullo de sus familias

Ellas también son considerabas el orgullo y las doctoras de sus familias. A María Eugenia le dicen la “Doctora Juguete” de la casa por ser tan joven y en recuerdo a un sobrinito que jugaba con sus muñecos diciendo que era el doctor de sus juguetes. Pero para todos es “la doctora de la familia”.

Y a Dayana Falish también la consideran la doctora de la familia y como su hermano menor Bradley Adriel Sánchez Aragón, también estudia Medicina en UNAN-Managua/CUR Chontales, su mamá se siente doblemente orgullosa con sus dos hijos que serán médicos.

Mariana Eugenia decidió estudiar medicina estando en el último año de Secundaria, cuando repentinamente murió su mejor amiguita.

Dayana Falish tampoco se conforma con obtener notas buenas en sus clases. Ella también se lamenta cuando baja algunas milésimas por algún descuido, porque se esfuerza para obtener notas excelentes, explicó.

Ambas fueron excelentes estudiantes en primaria y secundaria, pero se conocieron estudiando el primer año de Licenciatura en Administración de Empresas en UNAN-Managua/CUR Chontales.

Compartiendo una gran amistad y el mismo amor por la Medicina

Desde entonces se identificaron y se hicieron amigas inseparables, porque además comparten la decisión de estudiar diario o para investigar los temas que consideran les faltaba tener mayores conocimientos y para mantener su calidad académica que ha sido natura de ellas desde sus estudios desde la niñez.

Ambas afirman que estudian mucho con la idea de obtener notas de 150 puntos y si sacan menos, no deben bajar de 120 puntos. De esta manera explican que, si se preparan con la idea de sacar el 100 por ciento, pueden confiarse en ellas mismas y bajar algo en sus notas. Por eso se preparan para obtener notas no menores de los 5 puntos que es la nota máxima.

Y esa calidad de estudiantes también las demuestran integrándose a todas las actividades académicas y de beneficio al pueblo; participando en las encuestas comunitarias para identificar a las enfermedades que más afectan a la población por sectores de Juigalpa o del departamento.

Podría decirse que Dayana Falish nació para ser médico, pues desde la niñez decidió que quería ser «Doctora», decisión que ratificó con el fallecimiento de su bisabuelo que mucho adoraba y de una tía también muy querida.

También en las jornadas de lucha contra el COVID 19, contra las enfermedades respiratorias como la Influenza, el dengue, la eliminación de mosquitos en los barrios o visitando los colegios del municipio para enseñar a los niños sobre la higiene personal, el correcto lavado bucal y de manos.

María Eugenia Hernández Duarte

María Eugenia Hernández Duarte es originaria del municipio de Juigalpa. Sus padres son Juana María Duarte Blanco y Eugenio Hernández González. Los primeros años de su niñez los pasó en las Aldeas SOS, porque su mamá trabajaba todo el día en Corte y Confección, pero llegaba a traerla por la tarde.

Después estudió la primaria en la Escuela Floresmilda Díaz y se bachilleró en el Colegio Regina Mundi de esta misma ciudad, a la edad de 16 años en el 2014.

Sin embargo, por dificultades económicas no pudo ingresar a la universidad en el 2015, pero para no “enfriarse” comenzó a estudiar una carrera técnica con la idea de apoyar después a su mamá, quien también le aconsejó que “así te mantendrás caliente en su formación académica”.

Dayana Falish y María Eugenia participando en una de las jornadas de salud en un barrio de la ciudad de Juigalpa.

El primer intento

Ella intentó ingresar a la UNAN-Managua/CUR Chontales en el 2019, pero como no clasificó en Medicina y Cirugía, no quiso estudiar la carrera de segunda opción que era Licenciatura en Administración de Empresas. Desilusionada, decidió estudiar Inglés en una escuela de Juigalpa.

Segundo intento

En el año 2020, a la edad de 19 años, volvió a hacer la prueba de admisión con Medicina siempre como primera opción y Licenciatura en Administración de Empresas como segunda. Y nuevamente falló, por lo que, desilusionada, se conformó con estudiar la segunda opción.

Tercer intento

Aunque inició el estudio de la Licenciatura en Administración de Empresas, pero no borró de su mente la decisión de estudiar Medicina y Cirugía. Así que volvió al intentarlo por tercera vez, prematriculándose con esa carrera como primera opción. Y lo logró al hacer la prueba de admisión, clasificando en la carrera de sus sueños. Así fue como ingresó a la carrera de Medicina y Cirugía en el 2021.

Las dos donando sangre en la UNAN-Managua/CUR Chontales.

Así le nació la decisión de estudiar medicina

Reveló que el deseo de estudiar Medicina le nació estando en Quinto Año de secundaria, cuando una compañerita de clases murió repentinamente. Incluso, el viernes de esa fatídica semana estuvieron juntas y compartieron bonitos momentos.

El domingo, su amiguita sintió unos fuertes dolores abdominales en su casa, por lo que sus familiares la llevaron de urgencia al hospital, donde horas después falleció.

Ese momento de tanta tristeza la marcó. Fue cuando decidió estudiar la medicina, poniéndose como principio dar una buena y cálida atención a sus pacientes, para evitar que mueran personas de bajos recursos o seres muy amados en sus hogares.

Otra anécdota personal fue que gracias a ella fue que se le detectó una enfermedad grave a un familiar y al ser atendido a tiempo se le salvó la vida.

Ambas afirman que Dios le dio vida a los seres humanos y por ello consideran que sus manos también pueden ser instrumentos divinos para salvar vidas.

Dayana Falish Sánchez Aragón

Dayana Falish Sánchez Aragón, 20 años, es originaria de la ciudad de Santo Tomás, Chontales, siendo su madre Ariana Yakarelin Aragón Víctor, de profesión contadora. Y También tiene un hermano que estudia Medicina y Cirugía en la UNAN-Managua/CUR Chontales que al igual, se destaca por su excelencia académica.

Explicó que su mamá es el motor de su vida, porque ella les crio sola.

Inició sus estudios en el Centro Escolar Rigoberto Cabezas de esta ciudad. La secundaria la cursó en el Instituto Nacional “21 de Junio” de esa ciudad.

Dayana Falish aseguró que ella siempre fue excelente estudiante. Que desde primaria nunca necesitó pedirle ayuda a su mamá o compañeros de clase para hacer sus tareas, sino que siempre lo hizo sola, hasta bachillerarse. Y con esa misma decisión se entrega actualmente a sus estudios de Medicina, pero interactuando con su grupo de estudios y con su amiguita María Eugenia.

Relató que siempre tuvo como costumbre ponerse a hacer sus tareas en cuanto regresaba de clase, para después ponerse a jugar con toda tranquilidad. Y actualmente hacer lo mismo. En cuanto regresa de la universidad hacer sus tareas y si hay un tema que le quedaron dudas, se pone a investigar por internet hasta quedar clara. Incluso, no importa si tiene que desvelarse.

Aunque afirmó que es feliz estudiando Medicina, pero cuando niña decía que quería ser policía al crecer, pues observaba las injusticias que sufrían algunas personas y quería protegerlas.

Sin embargo, al bachillerarse decidió que estudiaría medicina y eso lo decidió definitivamente en el 2014 cuando enfermó su bisabuelito Chechito, quien era muy adorado por todos en la familia. Resulta que don Chechito enfermó de pronto y así rápido falleció, sin que se pudieran hacer nada por él.

María Eugenia Hernández y Dayana Falish Sánchez Aragón son un ejemplo de estoicismo y de resiliencia, que nunca se dejaron vencer, nunca se consideraron derrotadas en su decisión de estudiar Medicina y Cirugía en la UNAN-Managua/CUR Chontales.

Otra pérdida familiar que le hizo ratificar la decisión de ser médico

Después, una tía comenzó a padecer de una tos que nunca se le quitaba. Ante la gravedad de la enfermedad, finalmente fue trasladada a un hospital de Managua donde ya no se pudo salvarla. La partida de su tía ratificó su decisión de estudiar Medicina.

Su bachillerato y el primer intento por estudiar Medicina

Dayana Falish se bachilleró en el 2019, en cuyo acto tomó la palabra por ser la bachiller Excelencia Académica de la promoción. Seguidamente alistó todos sus documentos y se prematriculó en la UNAN-Managua/CUR Chontales con la carrera de Medicina y Cirugía como primer opción y Licenciatura en Administración de Empresas como segunda.

Sin embargo, al hacer la prueba de admisión no clasificó en Medicina, sino en la segunda opción, carrera que, aunque desilusionada, la comenzó a estudiar en el 2020, con el mismo ímpetu de siempre. Fue entonces que se conoció con María Eugenia, identificándose rápidamente, tanto por la empatía que surgió entre ambas y fortalecida por el deseo de estudiar Medicina.

El segundo intento fue el definitivo

Sin conformarse, inicio el estudio de esa carrera de las Ciencias Económicas, pero con la decisión de que no se rendiría, que se entregaría al máximo a los estudios para intentarlo el siguiente año.

A finales del 2020, volvió a prematricularse en búsqueda de la carrera de Medicina y en el 2021 hizo la prueba de admisión, ya con el nuevo Plan Académico 2021. Su alegría fue cuando le confirmaron que había clasificado en Medicina y Cirugía. Lo había logrado con mucho esfuerzo, con mucha dedicación y sin desviar su decisión de estudiar esta carrera.

Ahora, ambas entrañables amigas: María Eugenia Hernández y Dayana Falish Sánchez Aragón son totalmente felices estudiando el IV Año de Medicina y Cirugía en 2024, la añorada carrera por lo que lo dan todo. Para ellas no hay cansancio, falta de tiempo, una fiesta, un paseo, nada que las distraiga de su meta de ser médicos y ayudar a salvar vidas.

Ambas dicen que Dios es vida, que Dios sana y por tanto consideran que sus manitos, sus mentes y su vida son instrumentos de Dios para salvar vidas.

Aquí durante sus prácticas médicas en un centro de salud de Juigalpa.

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