A Priscila Sarahí Mayorga Téllez le encanta la docencia y por eso quiere graduarse en esta profesión y cumplir el sueño de su mamá
“Cuando yo era muy niña y comenzaba a ir a la escuela, mi mamá Maricela de Los Ángeles Téllez me decía siempre, que, aunque ella no aprendió a leer ni escribir, que su sueño era que yo estudiara y fuera alguien en la vida. Que no importaban los sacrificios que ella hiciera, pero que yo lograra lo que ella no pudo.
“Por eso crecí con esa disposición y siempre estoy dispuesta a dar lo mejor de mí y graduarme entre las mejores de mi carrera de Licenciada en Ciencias de la Educación con mención en Lengua y Literaturas Hispánicas”, dijo muy emocionada la estudiante Priscila Sarahí Mayorga Téllez, de 21 años, de la UNAN-Managua/CUR Chontales.
Priscila Sarahí ya se encuentra entre las mejores estudiantes del Primer Año de esta carrera del Centro Universitario Regional de la UNAN- Managua en Chontales (UNAN-Managua/CUR Chontales), pero ya se graduó como docente de Educación Primaria en la Escuela Normal “Gregorio Aguilar Barea” de la ciudad de Juigalpa y, desde este año 2024, también comenzó a ejercer esta noble profesión con niños del tercer grado del Centro Bautista Ebenezer.
Ella es está en corazón de toda su familia
Priscila Sarahí, nacida el 2 de octubre del 2002, explicó que, a pesar de las dificultades económicas de su familia, sus padres Maricela de Los Ángeles Téllez y Martín Enrique Mayorga, le han dado mucha felicidad y se entregan de manera total a ella, para que logre formarse como profesional. Ese apoyo también se lo dan su abuelita y sus tías, quienes también están pendientes de ella. “Tengo una linda familia”, exclamó.
Su mamá la crio trabajando en casa de una tía y en hogares de vecinos, pero años después inició un emprendimiento de venta de refrescos, mientras que su papá ha trabajado como ayudante de albañil.
Llorando por la hermanita que no nació
De pronto se le derramaron las lágrimas y fue porque recordó que cuando tenía 11 años, la familia estaba feliz porque estaba por nacer una hermanita y esperaban su llegada con todo lo que la tiernita necesitaría. Sin embargo, su mamá tuvo complicaciones en el parto y la niña falleció en el vientre.
Ese momento tan duro no lo han podido superar, pero sus padres encuentran consuelo en ella como hija única y por eso se entreguen con el alma en todo lo que necesite.
Cuando su mamá conversa con amigos o vecinos y le preguntan por Priscila Sarahí, de inmediato les responde con orgullo de su hija o la presenta con efusividad y mucho cariño, “Me emociona demasiado cuando la escucho decirles: “es lo mejor que la vida me ha dado. No tengo quejas de mi hija”, relató llorando.
Esos sacrificios de sus padres ya están generando resultados, porque este 2024 comenzó a trabajar como docente en el Colegio Bautista Ebenezer de Juigalpa y desde su primer salario ha comenzado a ayudarles la ha, lo que la hace sentirse muy feliz.
“Mi mamá me decía siempre, que, aunque ella no aprendió a leer ni escribir, que su sueño era que yo estudiara y fuera alguien en la vida”
Sin embargo, su mamá está pendiente. Siempre le da dinero cuando sale hacia su trabajo en el colegio o hacia la universidad. Aunque ella se resiste a recibirlo, su progenitora insiste en que lo reciba, porque no quiere que aguante hambre ni sed.
“Me siento muy feliz porque, aunque sé que nunca les voy a pagar lo que ellos han hecho por mí, también soy feliz de tenerlos conmigo y porque ya estoy ayudando a mi familia. Yo le digo a ella, que mi sueño es comenzar pronto a construirle una casa muy bonita, la casa de sus sueños, pintada con el color favorito, el fucsia. Ella me responde que ya es feliz conmigo”
Desde la primaria fue Excelencia Académica
Priscila Sarahí estudió la primaria y la secundaria en la Escuela Floresmilda Díaz, donde en los últimos grados se convirtió en Excelencia Académica, bachillerándose en el 2019. En el 2020 no ingresó a la universidad porque estaba indecisa qué carrera estudiar.
Pero en el 2021 se decidió por el magisterio e ingresó a la Escuela Normal “Gregorio Aguilar Barea” de Juigalpa, donde se graduó como Maestra de Educación Primaria en el 2023 y comenzó a estudiar Licenciatura en Educación con mención en Lengua y Literatura Hispánicas este año 2024 en UNAN- Managua/CUR Chontales), donde ya está demostrando su calidad académica, continuando con el sueño de su madre, de verla graduarse como una profesional.
Aseguró que se entrega con toda disposición a sus estudios para retribuir a sus padres todo el apoyo que le dan a diario, pero también porque le encanta la docencia y por eso quiere graduarse con alta calidad y servir a la sociedad.
Y ese amor por la docencia lo pone en práctica con los niños de la escuela donde trabaja, dándoles cariño, atendiendo sus problemas, aconsejándoles, jugando y aplicando diversas estrategias de aprendizaje, porque los niños aprenden más practicando, jugando y mucho más aún cuando se sienten amados por sus maestras o maestros.
Relató que a pesar de las limitantes económicas, su mamá contrató a una maestra para que le diera clases, tanto orientándola en como hacer las tareas que le había dejado en la escuela y aprender más de lo que le enseñaban en la escuela. “Entonces, yo crecí con esa visualización de la vida, de siempre ir más allá, de dar mucho, de dar lo mejor de mi para lograr una buena formación académica”, aseguró.
Reveló las condiciones de vida de la familia ha mejorado desde que su mamá inició el emprendimiento de venta de refrescos en la casa, y porque ahora también Priscila Sarahí le ayuda de los ingresos que ahora recibe como docente.
En relación con los maestros, dijo que recordar con mucho cariño a los profesores que se han preocupado mucho en que ella se forme con gran calidad académica, le han dado consejos, se han preocupado mucho por ella cuando ha enfrentado problemas.
Entre ellos mencionó al maestro Rodrigo Mena, quien le daba Educación Física en la Escuela Normal “Gregorio Aguilar Barea”, quien siempre les motivaba cuando observaba que estaban muy estresados.
También a la profesora Rosita María Balmaceda, quien, para motivar a sus estudiantes, ponía música y bailaba con ellos. “Eso nos motivaba mucho, porque no solo éramos sus estudiantes, sino que era una amiga, se ponía a nuestro nivel. Eso me gusta hacer con mis estudiantes”, explicó.