Keibi Natalia es una excelente estudiante del CUR Chontales que ha prometido a su mamá y al pueblo nicaragüense que nunca les fallará

A diario Keibi Natalia Sandoval, de 18 años, se levanta de madrugada para ayudarle a su mamá Danixa Scarleth Sandoval a preparar los alimentos para la familia y los productos que vende a los niños maestros de la escuela de Puerto Díaz, comunidad ubicada a 28 kilómetros a orillas del lago de Nicaragua, al oeste de la ciudad de Juigalpa, ciudad cabecera del departamento de Chontales.

Keibi Natalia está entre las mejores estudiantes de la carrera de Licenciatura en Bioanálisis Clínico del Centro Universitario Regional de la UNAN-Managua en Chontales (UNAN-Managua/CUR Chontales), donde se destaca con notas promedio de 4.5 a 5 puntos.

Ella sólo cuenta con el apoyo de su mamá Danixa Scarleth, quien es madre soltera. Juntas se levantan a diario, muy de madrugada, para preparar los alimentos y los diversos productos que venden a los niños, maestros y transeúntes de la comunidad, como pasteles, atoles, repochetas, bueñuelos y caramelos.

Pero no sólo ayuda a su madre a preparar la venta, sino también atendiendo en el pequeño emprendimiento a orillas de la escuela y hasta sale a vender por el pueblo.

“A mí no me da pena ayudarle a vender y si es necesario salir a vender por el pueblo. Al contrario, siento mucho orgullo en ayudarle, pues se de los sacrificios que hace por mí. Yo la admiro en observar cómo ella, solita, nos viene sacando adelante a mí y a mi hermanita. Muy de madrugada nos levantamos par ¿a preparar los alimentos que luego vendemos en la casa contiguo a la escuela”, explicó.

Que su mama se sienta orgullosa de su hija

“Mi madre ha luchado siempre con todas sus fuerzas por mí. Nunca he recibido apoyo de nadie más. Sólo la ayuda de ella he tenido siempre. Por eso, no le fallaré. Siempre me esfuerzo por ser una buena estudiante y que vea mi dedicación a ella y a los estudios, en recompensa de lo que hace por mí, que se sienta orgullosa de su hija, que su esfuerzo no es en vano”, sostuvo.

“Ella siempre me dice: ya que yo no pude ser profesional, quiero que vos lo seas. Siempre tendrás mi apoyo y siempre encomiéndese a Dios que él te dará la sabiduría para que salgas adelante”, agregó.

He sido muy responsable en primaria e igual en secundaria, porque tengo mis metas bien definidas desde entonces, con la idea de darle mejores condiciones de vida a mi madre».

También relató orgullosa de sí misma sobre su calidad académica desde los primeros grados. «Siempre fui excelente estudiante. Cada año siempre fui reconocida como Excelencia Académica, siempre he sido muy obediente en casa y en la escuela, siempre muy responsable respetuosa. Me gusta atender los consejos de mi madre y de los mayores, porque se que me aconsejan por mi bien y para el futuro».

Primer año de Licenciatura en Bioanálisis Clínico 2024

En la universidad también ha demostrado esa entrega y dedicación al estudio. Aunque siempre hay dificultades que vencer, pero aseguró que de los errores se aprende mucho y se avanza porque dan experiencia de lo que no se debe hacer y cómo mejorar.

«Desde niña he sido muy madura en mis ideas, siempre he pensado en grande, en el deseo de salir adelante y ayudar a que mi familia viva mejor, especialmente a mi madre que se entrega por completo a mi, quien siempre se ha esforzado y me viene sacando adelante», es un relato que sale del alma y de lo más profundo del corazón de Keibi, tanto que también encarruja hasta el alma de quien la escucha.

Y así, con tanto sentimiento y madurez que ha tenido siempre, reiteró que nadie le ha ayudado en su desarrollo desde la niñez, de cuidar de su vida y formación, sólo su mamá, quien nunca ha buscando ayuda de nadie, sino que sola ha luchado por sus hijos, preparando los productos que vende en el frente de su casa que está ubicada contiguo a la escuela de la comunidad.

Ahorrarle gastos a su mamá

Además de levantarse de madrugada a diario para ayudarle a su mamá, también durante los días que asiste a clase en el CUR Chontales se levanta muy temprano para preparar el desayunó que llevará a la universidad cada martes, viernes y sábado que asiste a clases. “Preparo los alimentos que traigo a clase para ahorrarle de ese gasto, pues se de los esfuerzos que hace por mí, de lo que le cuesta ganarse el dinero para mantenerme y ayudarme a que yo pueda estudiar. ¡Por eso no puedo fallarle”, exclamó.

En ese sentido, también afirmó que tampoco le fallará a la UNAN-Managua que le dio una beca académica en reconocimiento a su calidad académica. También agradeció al comandante Daniel Ortega Saavedra y a la compañera Rosario Murillo, porque es gracias a ellos que ella puede estudiar de manera gratuita en la universidad y que todos los niños, adolescentes y jóvenes puedan estudiar una carrera universitaria. “Ellos se preocupan de que los pobres podamos estudiar de manera gratuita en todos de la educación”, reiteró